A menudo creo que es urgente que las mujeres nos reencontremos. Estoy cansada de ese feminismo anticuado que consiste en negar lo femenino y parecerse al hombre, en la ambición profesional por encima de los actos (también sexuales por cierto) de gestar, parir y amamantar, en la posición social, en el no dar el pecho para supuestamente compartir la crianza a partes iguales, en el esconder las curvas del embarazo y post-parto como algo vergonzoso, en la necesidad de trabajar para sentirse realizada aunque tu trabajo no te realice, creyendo que el cuidado de los hijos es esclavo y que hacerlo nos devuelve a las cavernas… cosas que en parte nos han vendido y en parte nos hemos querido creer.
Pero sobretodo hay que saber mirarse al espejo y quererse, y no sé por qué permitimos que una panda de diseñadores repipis, en su mayoría hombres y en gran parte homosexuales, nos diga cómo tenemos que ser para ser guapas. Odio las pasarelas y los catálogos de mujeres imposibles, de huesos salientes y rasgos hundidos en la propia calavera. Odio las tallas minúsculas y la idea de que una mujer guapa y moderna debe carecer de forma, quedarse niña para siempre, sin caderas, sin pechos… y a la larga sin menstruaciones por la falta de salud.
Y cuando crees que ya lo has visto todo descubres que ya ni siquiera las mujeres son válidas para las altas esferas del diseño de ropa para mujeres. Ahora resulta que lo más de lo más en el mundo de las Top Models es un chico de 19 años llamado Andrej Pejic. Ya directamente te visten a un hombre de mujer, que si no lo sabes da el pego perfectamente, y a seguir diseñando ropa para mujeres que no existen y a seguir creando traumas y complejos en mujeres perfectamente hermosas.
Quiero dejar claro que, desde un punto de vista artístico, lo que me molesta no es que el chico sea modelo, ni que pose y desfile vestido de hombre, o de mujer, o de criatura mitológica de los bosques o de los mares, o desnudo, o lo que quieran proponerle. Lo que realmente me crispa es que como el mundo la moda ha llegado ya tan lejos a la hora de desfeminizar a la mujer, ya sólo se pueda corresponder a esos patrones sin morir en el intento siendo directamente un hombre.
Lo que no entiendo es, ¿Por qué siguen teniendo éxito estas firmas? ¿Por qué siguen siendo un referente y marcando tendencias? ¿Por qué están tan forrados? Vale, sé que nunca tendré dinero suficiente para comprarme un modelito de Jean Paul Gaultier, ni ganas que tengo, por supuesto, pero ¿por qué hay mujeres que lo hacen? Por favor, ¡basta ya! Si nosotras mismas nos creemos y consumimos su basura acabaremos destruidas.
Pero sobretodo hay que saber mirarse al espejo y quererse, y no sé por qué permitimos que una panda de diseñadores repipis, en su mayoría hombres y en gran parte homosexuales, nos diga cómo tenemos que ser para ser guapas. Odio las pasarelas y los catálogos de mujeres imposibles, de huesos salientes y rasgos hundidos en la propia calavera. Odio las tallas minúsculas y la idea de que una mujer guapa y moderna debe carecer de forma, quedarse niña para siempre, sin caderas, sin pechos… y a la larga sin menstruaciones por la falta de salud.
Y cuando crees que ya lo has visto todo descubres que ya ni siquiera las mujeres son válidas para las altas esferas del diseño de ropa para mujeres. Ahora resulta que lo más de lo más en el mundo de las Top Models es un chico de 19 años llamado Andrej Pejic. Ya directamente te visten a un hombre de mujer, que si no lo sabes da el pego perfectamente, y a seguir diseñando ropa para mujeres que no existen y a seguir creando traumas y complejos en mujeres perfectamente hermosas.
Quiero dejar claro que, desde un punto de vista artístico, lo que me molesta no es que el chico sea modelo, ni que pose y desfile vestido de hombre, o de mujer, o de criatura mitológica de los bosques o de los mares, o desnudo, o lo que quieran proponerle. Lo que realmente me crispa es que como el mundo la moda ha llegado ya tan lejos a la hora de desfeminizar a la mujer, ya sólo se pueda corresponder a esos patrones sin morir en el intento siendo directamente un hombre.
Lo que no entiendo es, ¿Por qué siguen teniendo éxito estas firmas? ¿Por qué siguen siendo un referente y marcando tendencias? ¿Por qué están tan forrados? Vale, sé que nunca tendré dinero suficiente para comprarme un modelito de Jean Paul Gaultier, ni ganas que tengo, por supuesto, pero ¿por qué hay mujeres que lo hacen? Por favor, ¡basta ya! Si nosotras mismas nos creemos y consumimos su basura acabaremos destruidas.
Y para dejar claro que no es ni él, ni su profesión, ni su ambigüedad sexual lo que me molesta, sino el mundo de la moda y el daño que puede hacer, he elegido esta imagen de entre decenas para ilustrar el post porque no lleva ningún traje de nadie, es simplemente él, posando en un par de fotos muy bonitas y muy bien hechas. Pero para mi gusto y aunque sea un hombre, también está demasiado flaco.
Viene de http://habichuelasmagicas.wordpress.com/2011/06/30/la-mujer-que-deberiamos-ser/
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