miércoles, 27 de julio de 2011

Yo tengo la regla





Cada 28 o 30 días tengo la regla.
Me imagino que aunque no lo diga públicamente todo el mundo los sospechaba. Soy una mujer y las mujeres, durante un periodo de nuestra vida, menstruamos.
Mi menstruación supone solo una fase de mi ciclo menstrual.
Menstruo porque el óvulo que se ha desprendido de mis ovarios NO ha sido fecundado.
Mi regla no huele a nubes ni a rosas, tiene un olor fuerte, muy característico. No es un olor a sucio ni a rancio, es un olor de limpieza profunda.
Cuando tengo la regla se que estoy bien, que mi cuerpo funciona perfectamente.
Los días anteriores a menstruar me siento un poco más lenta, no me apetece mucho estar con gente y descanso más de lo habitual, eso lo he aprendido con los años, nadie me ha contado que es normal sentirse así y está bien pasar unos días “antisocial” para tener más tiempo para estar conmigo misma y saber cómo me encuentro.
Si estoy triste mi cuerpo lo detecta y me doy permiso para llorar lo que no he llorado en todo el mes.
Si estoy cabreada, mi cuerpo lo DETECTA y entro en contacto con mi rabia.
Si estoy bien, si no tengo “cuentas pendientes” conmigo misma, simplemente me siento cansada, me relajo, paro un poquito y disfruto de momentos de soledad.
Antes, cuando no era consciente de mi útero, mis necesidades, de mi ciclo…sentía molestias, dolores en el bajo vientre justo cuando empezaba a sangrar. Hace años lo arreglaba con un neobufren, después con reiki.
Ahora no me duele en absoluto. Tengo el útero relajado y una actividad sexual muy sana que me permite no sentir ninguna molestia durante el sangrado.
Al revés.
Cuando “me viene la regla” es como si me llenasen el depósito. Siento una fuerza DESCOMUNAL y podría subir 7 montañas seguidas. En esos momento me siento poderosa, fuerte, segura, sexual.
Siento la tierra firme bajo mis pies, me siento muy animal, salvaje, guapa…
Siento que puedo hacerlo todo.
Me ENCANTA haber llegado a este momento.
Todo esto lo digo hoy porque he leído la siguiente noticia:
Aprobada la Píldora ANTImenstruación en EEUU
Yo no voy a dejar que nadie me CASTRE ¿y tú?



martes, 19 de julio de 2011

El amargo sabor del sutil maltrato

Os comparto esta seria reflexión sobre un prolema que acucian muchas mujeres cuando devienen madres. Traido del blog criar en contravía

Maltratos hay muchos, de diversos tipos y diversas intensidades, hay unos reconocidos e incluso rechazados y otros que están normalizados y legitimados. Pero más allá de lo que consideremos aceptable o no, maltrato es violencia, sin justificaciones ni atenuantes…

No pretendo aquí, poner en la balanza para determinar cual es peor o cual menos peor, ni hablar a favor de uno en detrimento de otros… tan solo me interesa compartir la reflexión a la que he podido llegar gracias al acto de dialogar, de contar y contarnos el mundo, de hablar para entendernos (no solo lo un*s a l*s otr*s sino sobre todo cada un* consigo mism*) me interesa volcar en lo público lo que entendí en lo privado…

Hace unos días una de mis hermanas (de tribu) mientras hablábamos sobre la importancia de la tribu ella comentó: "yo no tenía a nadie con quien charlar, un día llegue a llamar a la línea de mujeres maltratadas, y me preguntan, "pero señora, usted recibe maltrato" y yo, "no, pero tengo un niño pequeño y no tengo a nadie con quien hablar, y estoy muy deprimida"....

Y yo entendí! Claro que es maltrato, estar sola con un bebé en brazos, con su hambre devoradora, su deseo sin tregua, su necesidad inminente, sola, sin ningún sostén, sin brazos donde refugiarnos, sin hombros donde respaldarnos, sin ojos, ni oídos donde volcar nuestras incertidumbres y certezas, nuestras angustias y enormes alegrías… eso es maltrato, el maltrato de la soledad, del estar a la deriva y sin tierra donde guarecernos, maltrato al no tener pares, compañer*s de crianza, cómplices donde reconocernos y encontrarnos. Esta bien no son golpes, ni gritos, pero es ausencia, es abandono e indiferencia y no por parte del hombre o la familia que nos acompaña o mejor que no nos acompaña sino de todo un sistema que ha roto nuestras redes, nuestros espacios de contención, de refugio y encuentro, ese tejido donde nos hacemos madres en compañía de otras, donde nos apropiamos de la maternidad bajo el amparo de otras y donde las historias y vivencias de quienes nos han precedido y nos acompañan son un espejo donde mirarnos y encontrarnos.

Claro que es maltrato, que las necesidades sean obviadas, no contempladas o tenidas en cuentas no porque no se pueda, no porque no haya cómo, o porque atente contra el bienestar y/o integridad de nadie, sino para garantizar la supervivencia de un sistema que nos mutila y enajena, para seguir perpetuando la sociedad del miedo, la carencia y el desamparo, eso es maltrato, maltrato social si quieren llamarlo, maltrato que tod*s ejercemos sobre tod*s…. Necesitar y no encontrar “porque si” es maltrato! Un tipo de maltrato que además posiblemente terminará volcándose sobre la criatura y por ende reproduciéndose y recreándose así mismo, seres con carencias y heridas por falta de sostén y amparo, de cuerpo y presencia materna, porque mamá no está, no puede darse toda, no puede entregarse entera, tiene que sostenerse así misma, luchar para no hacerse trocitos en su propia herida, batallar sola con sus propias sombras, acunar su niña interna mientras acuna el que ahora tiene en su regazo.

Somos un mundo hecho a espaldas de la maternidad (y por ende de la humanidad), que no la contempla en toda su dimensión y su importancia, devenimos madres y parece que rompemos todo vínculo de sostén, nos quedamos solas, y se nos exige que rápidamente nos pongamos en marcha. El mundo no se adapta a las necesidades de una madre con su criatura en brazos, los amigos ya no están, porque el ritmo, el pulso de la maternidad no se contempla en esta sociedad del afán, el resultado, la producción y el consumo. Devenimos madres y de golpe quedamos aisladas de la vida y el mundo sigue girando sin tregua ni compañía y no queda otra que saltar del mundo y asumirte sola o subirte como puedas y asumirte reproductora del abandono. El mundo sigue girando y nosotras nos hemos quedamos sin mundo, y no hablo de esa necesidad de tiempo, silencio, paciencia que es natural del puerperio, no solo natural sino indispensable, sino justamente de la falta de compañía para atravesarlo, porque se supone que tienes que seguir andando porque no hay nadie en quien respaldarse, tienes que atender a las visitas y presentarle a la criatura y hacer la compra y bañar al bebe y bañarte tu y vértelas con la lactancia y con las sombras y los miedos, las preguntas y las angustias y con todo lo nuevo en el más absoluto abandono, porque la sociedad (humanidad), insisto se ha construido de espaldas a la maternidad (humanidad), así que quien viene no viene a traerte la tribu sino a obligarte a ponerte a andar al ritmo del mundo, no vaya a ser que se estropee la cadena de consumo…

Cuando hacia teatro entendí que solo los “oprimidos” pueden cambiar la escena, el “opresor” intentará por todos sus medios mantenerla intacta, ya que en ello radica la garantía de su subsistencia; solo aquel que sufre opresión tiene en su poder la clave de la transformación. Así qué está en nuestras manos, mujeres (human*s) maltratadas, cambiar el mundo donde criamos (vivimos), y tejer la tribu. Y que se sepa alto y claro, más allá de ciertas decisiones sobre la crianza ninguna madre, ningún padre deben criar en soledad, la tribu los sostiene!

jueves, 14 de julio de 2011

III CONCURSO DE FOTOGRAFÍA SOBRE LACTANCIA MATERNA

Aquí esta, por fin, recien salido del horno y con bastante retraso con respecto a años anteriores... pero muy contentas y satisfechas.
Ahora solo queda que os animeis a participar porque la causa lo merece. Como especie, el cuerpo de la mujer está totalmente preparado para nutrir a su cría durante muuuucho tiempo. Es cuestión de supervivencia.
Esperamos recibir vuestros mejores y más tiernos momentos reflejados en bonitas fotografías.
Adjunto llevais el cartel que esperamos nos ayudeis a difundir allende los mares y en el que podeis leer las bases del concurso.

Recibid un enorme abrazo,

LUNA DE LECHE
Amudima






sábado, 2 de julio de 2011

La mujer que deberíamos ser

A menudo creo que es urgente que las mujeres nos reencontremos. Estoy cansada de ese feminismo anticuado que consiste en negar lo femenino y parecerse al hombre, en la ambición profesional por encima de los actos (también sexuales por cierto) de gestar, parir y amamantar, en la posición social, en el no dar el pecho para supuestamente compartir la crianza a partes iguales, en el esconder las curvas del embarazo y post-parto como algo vergonzoso, en la necesidad de trabajar para sentirse realizada aunque tu trabajo no te realice, creyendo que el cuidado de los hijos es esclavo y que hacerlo nos devuelve a las cavernas… cosas que en parte nos han vendido y en parte nos hemos querido creer.

Pero sobretodo hay que saber mirarse al espejo y quererse, y no sé por qué permitimos que una panda de diseñadores repipis, en su mayoría hombres y en gran parte homosexuales, nos diga cómo tenemos que ser para ser guapas. Odio las pasarelas y los catálogos de mujeres imposibles, de huesos salientes y rasgos hundidos en la propia calavera. Odio las tallas minúsculas y la idea de que una mujer guapa y moderna debe carecer de forma, quedarse niña para siempre, sin caderas, sin pechos… y a la larga sin menstruaciones por la falta de salud.

Y cuando crees que ya lo has visto todo descubres que ya ni siquiera las mujeres son válidas para las altas esferas del diseño de ropa para mujeres. Ahora resulta que lo más de lo más en el mundo de las Top Models es un chico de 19 años llamado Andrej Pejic. Ya directamente te visten a un hombre de mujer, que si no lo sabes da el pego perfectamente, y a seguir diseñando ropa para mujeres que no existen y a seguir creando traumas y complejos en mujeres perfectamente hermosas.

Quiero dejar claro que, desde un punto de vista artístico, lo que me molesta no es que el chico sea modelo, ni que pose y desfile vestido de hombre, o de mujer, o de criatura mitológica de los bosques o de los mares, o desnudo, o lo que quieran proponerle. Lo que realmente me crispa es que como el mundo la moda ha llegado ya tan lejos a la hora de desfeminizar a la mujer, ya sólo se pueda corresponder a esos patrones sin morir en el intento siendo directamente un hombre.

Lo que no entiendo es, ¿Por qué siguen teniendo éxito estas firmas? ¿Por qué siguen siendo un referente y marcando tendencias? ¿Por qué están tan forrados? Vale, sé que nunca tendré dinero suficiente para comprarme un modelito de Jean Paul Gaultier, ni ganas que tengo, por supuesto, pero ¿por qué hay mujeres que lo hacen? Por favor, ¡basta ya! Si nosotras mismas nos creemos y consumimos su basura acabaremos destruidas.




Y para dejar claro que no es ni él, ni su profesión, ni su ambigüedad sexual lo que me molesta, sino el mundo de la moda y el daño que puede hacer, he elegido esta imagen de entre decenas para ilustrar el post porque no lleva ningún traje de nadie, es simplemente él, posando en un par de fotos muy bonitas y muy bien hechas. Pero para mi gusto y aunque sea un hombre, también está demasiado flaco.

Viene de http://habichuelasmagicas.wordpress.com/2011/06/30/la-mujer-que-deberiamos-ser/