miércoles, 14 de octubre de 2009

Carrera popular para el Día Internacional de la no violencia hacia las mujeres


Es ya la onceava carrera que organiza AMUDIMA para reivindicar y hacer visible que otro mundo es posible sin violencia hacia las mujeres. Por ello abogamos todas y muchos de ellos, gracias a Dios y a la Diosa.
La violencia sigue estando a nuestro alrededor. A veces es cruel y burda, evidente para todos y todas y otras también cruel pero sutil, esa que parece normal y a la que hay que resignarse.
Seguimos sufriendo violencia en la cocina, en la cama, en los puestos de trabajo, en las entrevistas de trabajo, en las discotecas, cuando sentimos miedo al pasear solas por la calle... y desde luego cuando tratamos nuestros procesos vitales como la menstruación, la anticoncepción, la menopausia, el parto, la crianza... bajo criterios machistas. A esas las llamamos violencias invisibles.

¡¡¡Te esperamos, hagamos esta carrera juntas, hagamos esta carrera juntos!!!

martes, 13 de octubre de 2009

Algunas fotos



Ahora que tenemos algunas fotillos del evento os contamos que las jornadas pasadas trataron sobre la crianza en brazos y con apego... un poco de revolución para esta cultura patriarcal en la que parece que todo es más importante que el calor del cuerpo de una madre.







Os añadimos un texto de Laura Gutma, una terapeuta argentina que resume de alguna manera lo que pensamos.

Nosotros, los depredadores de la cría humana

Las lobas, las perras, las gatas, las vacas, las focas, las elefantas, las leonas, las gorilas, las ovejas, las ballenas, las yeguas, las monas, las jirafas, las zorras y las humanas tenemos algo en común: el instinto de proteger nuestra cría. Sin embargo somos especialmente sensibles si algo se interpone entre nosotras y nuestros cachorros después del parto: por ejemplo, si alguien toca a uno de ellos impregnándolos de un olor ajeno, perdemos el olfato que los hace absolutamente reconocibles como propios. Si permanecen alejados del cuerpo materno, vamos perdiendo la urgente necesidad de cobijarlos.Cada especie de mamíferos tiene un tiempo diferente de evolución hacia la autonomía. En reglas generales, podemos hablar de autonomía cuando la criatura está en condiciones de procurarse alimento por sus propios medios y cuando puede sobrevivir prodigándose cuidados a sí mismo sin depender de la madre. En muchos casos va a necesitar de la manada como ámbito de vida, y es la manada que va a funcionar también como protectora contra los depredadores de otras especies o de la propia. Entre los humanos del mundo “civilizado”, pasa algo raro: Las hembras humanas no desarrollamos nuestro instinto materno de cuidado y protección, porque una vez producido el parto, tenemos prohibido oler a nuestros hijos, que son rápidamente bañados, cepillados y perfumados antes de que nos los devuelvan a nuestros brazos. Perdemos un sutil eslabón del apego con nuestros cachorros. Luego raramente estaremos bien acompañadas para que afloren nuestros instintos más arcaicos, difícilmente lograremos amamantarlos, -cosa que todas las demás mamíferas logran siempre y cuando no hayan parido en cautiverio-, muy pocas veces permaneceremos desnudas para reconocernos, y seguiremos reglas fijas ya sean filosóficas, culturales, religiosas o morales que terminarán por enterrar todo vestigio de humanidad. Si es que a esta altura podemos llamarla como tal. El niño sobrevivirá. Cumplirá un año, dos, o tres. Seguiremos nuestras reglas en lugar de seguir nuestros instintos. Estimularemos a los niños para que se conviertan velozmente en personas autónomas. Los abandonaremos muchas horas por día. Los castigaremos. Nos enfadaremos. Visitaremos especialistas para quejarnos sobre cómo nos han defraudado estos niños que no son tan buenos como esperábamos. A esa altura sentimos que estos niños no nos pertenecen. Esperamos que se arreglen solos, que duerman solos, que coman solos, que jueguen solos, que controlen sus esfínteres, que crezcan solos y que no molesten. Hemos dejado de “oler” eso que les sucede. No hemos aprendido el idioma de los bebés, no sabemos interpretar ni traducir lo que les pasa. Cuando estamos ausentes, o incluso cuando estamos cerca -con tal de estar tranquilos- los dejamos completamente expuestos. Entonces puede aparecer el más feroz de los lobos feroces. Ya que en realidad somos nosotros, sus más temibles depredadores.


Laura Gutman

miércoles, 7 de octubre de 2009

Tras las Jornadas...



Pasada la resaca que deja una fiesta podemos empezar a contaros que estamos muy contentas y agradecidas por lo que consideramos ha sido un éxito de todas: unas bonitas y entrañables jornadas con mamás, bebés y papás. De nuevo nos damos cuenta que no es necesario aparcar a nuestros hijos para asistir a unas jornadas y que realmente integrarlos en lo que hacemos solo es cuestión de decisión. ¡Enhorabuena mamás!



También queremos agradecer el apoyo recibido de Agustín, técnico de la Delegación de Salud, del Ayuntamiento, del Centro Municipal de Información a la Mujer, de Servicios Sociales, del Hospital Comarcal de Baza, del Centro de Salud. Es importante para nosotras sentir que estais tan cerca del mundo de las mujeres.



La tetada fue entrañable, reconfortante después de tanto trabajo organizativo. El sol nos acompañó y el ambiente fue de lo más festivo. He aquí unas fotillos como muestra: